God’s laws are not intended to burden or torment us.
Instead they are guideposts that point us in the direction of
good living. Accordingly, good living requires loving God
and loving one another. We should not follow God’s laws
out of fear of what might happen if we don’t, but rather view
them as a foundation for building relationships and trust
with one another and with God.
The Shema prayer of Orthodox Jews is based on the
reading from Deuteronomy today, “Hear, O Israel.” Every
morning people recite the prayer as a profession of their
love for God and pledge their obedience to God throughout
the day. They pass on their love of God to their children,
from one generation to the next.
Treasures From Our Tradition
Just two years ago, we engaged in one of the core
activities of our democratic system: a presidential election.
Actually, the institution of election can be traced to traditions
in the Church, and although bishops are no longer chosen
in this way, abbots and abbesses (heads of monastic
communities) have almost always been elected by full voting
members of their communities. The lifetime appointment
begins when the monks or nuns are gathered in “chapter” at
the death or resignation of the abbot, and fortunately for all
involved, campaigning is not allowed! The members of the
community discern, with prayer to the Holy Spirit, who
among them is the best suited for leadership.
Once chosen, the new leader requests the
blessing of the local bishop, who usually
presides at a ceremony of consecration or
investiture. The ballots are always secret, and a
simple majority must be achieved.
In our American system the Electoral
College is the determining voice in the
presidential election, not the popular election on
a November Tuesday, just as the monastic
chapter is the electorate. Today, most religious
orders elect general superiors in “chapter” by
delegates of the professed members, and usually
for a term of six years. A few, like the Jesuits,
elect for life. At least we don’t have that weight on
our shoulders when we choose a president.
Four years at a time will do!
Las Leyes De Dios
Las leyes de Dios no intentan atormentarnos o ser una
carga. Al contrario, son señales que nos guían por el
sendero de la buena vida. Por lo tanto, la buena vida
requiere que amemos a Dios y nos amemos unos a otros.
No debemos seguir las leyes divinas por miedo a lo que
pudiera ocurrir si no las seguimos, más bien verlas como un
fundamento sobre el cual construir nuestras relaciones y
entablar confianza con los demás y con Dios.
La oración Shema de los judíos ortodoxos se basa en la
lectura de hoy del Deuteronomio: “Escucha, pues, Israel”.
Cada mañana la persona recita la oración como una
profesión de amor a Dios y un compromiso de obediencia a
Dios a lo largo del día. Así transmiten el amor a Dios a sus
hijos, de generación en generación.
Tradiciones De Nuestra Fe
Uno de los santos más populares de la época medieval
fue el soldado húngaro conocido como Martín Caballero o
Martín de Tours (c. 315‑397). Esta popularidad se debió a
su biografía escrita por un discípulo, Sulpicio Severo.
Su vida fue el mejor ejemplo de santidad a través de varios
siglos. Contiene esta biografía muchos de los acontecimientos, enseñanzas y milagros de la vida del santo que fue
soldado en el ejército romano antes de su conversión.
Muchos ignoran que fue monje, misionero y obispo por
muchos años.
Su imagen decora muchos almanaques
latinoamericanos y él continúa siendo
un santo popular. La representación
más común de san Martín es la de
un soldado romano sobre un caballo
que rasga su manto rojo a la mitad con
una espada para darle una parte a un
pobre sentado a los pies del caballo.
Según su biografía, Martín hizo esto
durante el proceso de su conversión y
resulta que el pobre limosnero se le
aparece en un sueño revelándose como
Cristo mismo, ya que lo que un cristiano
hace por los pobres y marginados lo
hace por Jesús.