Awaiting the Salvation of God & Prayer of Advent
Wednesday, December 4, 2024
The world does not seem big enough to contain the jubilation of the first reading. In the Gospel reading, the Roman empire isn’t big enough, either. The great powers of Rome are named and made to stand waiting for the arrival of God’s salvation. And we find Paul meditating joyfully on what really matters.
According to Baruch, the city of Jerusalem is like a person standing on tiptoe looking for God’s salvation, which is coming from the east. Those who were led away on foot, heads down, now come back, a proud people. Why, the very way is smoothed out. The path is lined with fragrant, lush trees.
It can’t get any better than this, can it? Well, yes, it can. For a voice calls out in the desert. Here is the beginning of the salvation of God.
Prayer for Advent
All-powerful God, increase our strength of will for doing good that Christ may find an eager welcome at his coming and call us to his side in the kingdom of heaven, where he lives and reigns with you and the Holy Spirit one God, forever and ever. Amen.
A la Espera de la Salvación de Dios
El mundo no parece tan grande como para contener el alborozo que causa la primera lectura. En la lectura del Evangelio, el Imperio Romano tampoco es lo suficientemente grande. Los grandes poderes de Roma se designan y se hacen esperar por la salvación de Dios. Y encontramos a Pablo que medita gozosamente en lo que importa, en lo que realmente cuenta.
De acuerdo con Baruc, la ciudad de Jerusalén es como una persona que en puntillas espera la salvación de Dios, que viene del Este. Los que fueron llevados a pie, con la cabeza gacha, regresan ahora orgullosos. Todo el camino está pavimentado. Al lado del camino hay árboles fragantes y frondosos.
No puede haber algo mejor que eso, ¿no es así? Bueno, sí puede haber algo mejor. Porque una voz grita en el desierto. Aquí comienza la salvación de Dios.
Oración de Adviento
Dios todopoderoso, aumenta nuestra fuerza de voluntad para hacer el bien, para que Cristo encuentre una cálida acogida en su venida y nos llame a su lado en el reino de los cielos, donde vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por siempre para siempre. Amén.