Esta Es La Santísima Trinidad
Hoy celebramos a la Santísima Trinidad, uno de los
misterios más confusos de nuestra fe. Por medio de este
misterio, experimentamos nuestra relación con Dios:
Creador, Salvador y Santificador. Esta relación no es fácil de
entender o describir. No se hace más clara por el análisis. Su
complejidad refleja la complejidad de todas nuestras
relaciones. Entendemos nuestras relaciones con nuestra
esposa, nuestros hijos, nuestros padres y nuestros amigos
solamente en el día a día, ritos anuales y esos momentos que
cambian la vida que compartimos. Entendemos nuestras
relaciones al vivir con ellas. Las relaciones que tenemos con
los que amamos y con quienes nos aman, nos sustentan por
medio de una vida incierta y difícil. Esta es la Santísima
Trinidad.
Lo que es sorprendente de las lecturas de hoy es
que cada una está incompleta. Lo que ellas ofrecen es una
descripción de un momento de nuestra relación, una
memoria de un tiempo y un evento donde nuestra relación
tiene sentido, aunque ese sentido pueda estar más allá de
nuestra habilidad para describirla completamente.
Frecuentemente eso es todo lo ofrece nuestra fe, es decir,
una memoria de lo que es posible, lo que se promete lo que
se ha dado. Una memoria de eternidad, de amor, más allá del
entendimiento, debe ser apreciada y nutrida incluso si no es
completamente comprendida. Esta es la Santísima Trinidad.